El estar aquí de pie ante ti, ante
nuestros padres, familiares y amigos, y bajo la mirada protectora de nuestro
Padre Celestial, hace que mi corazón se llene de felicidad y que mis ojos se inunden con lágrimas
cargadas de sueños contenidos, que hoy brotan, para convertirse en mi realidad.
Tan anheladamente he esperado este momento, unas veces con
ansias locas, otras, llena de paciencia y esperanza. Mi Dios fue testigo de
cada día y cada noche, tejiendo en mi interior la imagen de este día sublime.
Mi silencio durante la espera siempre había sido mi grito más fuerte…
hasta el día de hoy. Por eso, Delante de nuestro Señor Jesucristo quien hoy está
de testigo, Prometo ser tu amiga, tu confidente,
y tu ayuda idónea. Como Aaron y Hur
sostuvieron los brazos de Moisés, yo
sostendré tus brazos en alto, cuando en
ellos no haya fuerza alguna. Me sujeto a
ti, con un espíritu suave y tranquilo, porque tú eres ahora la cabeza de mi hogar,
como Cristo es la cabeza de la iglesia.
Te quise primero como mi
hermano en Cristo y luego como mi amigo. Te he amado como mi novio y continuaré
haciéndolo con mas locura desde este instante como mi esposo. Me comprometo a amarte con un amor fundamentado en Dios.
Quien me capacitará en esta nueva vida que empieza hoy junto a ti.
Le pido al Señor Jesús que me
de la fuerza y la inteligencia, para enfrentar y vencer cualquier obstáculo que
busque separarnos, física, emocional o espiritualmente.
Estoy y estaré eternamente
agradecida y maravillada con la Fidelidad y el Amor del Padre porque hoy estoy
viviendo, uno de los anhelos más grandes de mi corazón.
Oro para que el Señor siga haciendo de nuestro amor, uno perfecto y eterno.
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