Preciosa sangre, que mi vida cambió,
lavaste mi heridas, mis culpas borraste,
fue esa cruz la que rompió mi cristal,
la que dividió mi vida en dos,
la que le dio valor a mi misión,
la que acabó con mis pesares.
Desde ese día donde tu sacrificio tenía mi nombre
es que yo empecé a vivir,
a ser alguien, a ver la vida con otro sentido,
ya no soy la misma, ya no vivo "muerta"...
ahora vivo por ti... te canto te alabo, Jesús.
Ha quedado atrás el pasado sin Dios.
He encontrado en Jesús la razón de por la cual me levanto todos los dias,
por quien evito enojarme y por quien ayudo a los demás , todo lo que soy te canta,
se rinde a ti, para darte Gloria y honor...
TU MI REY Y MI SEÑOR.
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