Este blog es el espacio que decidí aprovechar para decirle a Jesús lo que no me atrevo a decirle, para que otros lo vean y les sirva de ejemplo, para que sepan que no son los únicos que han sentido miedo al enfrentar este proceso y decidir seguir este camino, pero con la ayuda de Dios Todopoderoso se pueden dejar a un lado todos esos temores e inconvenientes y seguir gozosos y confiados de que la llegada del Señor se acerca y estaremos despiertos esperando que el dueño de la casa regrese para recibirlo con bombos y platillos.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Te confieso mi Rey.


Con tu lupa mírame, Soberano Rey.
Revisa todo lo que hay en mí, escudriña mi corazón, y límpiame.
No me es fácil cambiar, lo reconozco. AYUDAME.

¿Puedes verlo?
Señor mío, hay maldad en mi, hay deseos de no seguir, también hay debilidad y pesadez.
Hay sentimientos de culpa, hay dejadez, hay miedos enredados en mi ser.
Hay dudas, hay incertidumbre, desanimado, asustado, y perdido está mi corazón.
¿Por qué esta vacía  mi alma? ¿Acaso tú no eres quien lo llenas? ¿Por que se siente solo mi espíritu? ¿Acaso no caminas conmigo todo el tiempo?
¿Que es lo que me hace falta Amado mío?

Cuanto me cuesta escucharte y aun mas entenderte, soy una bola de iniquidad, indigna de ti.
Inmerecida de tu amor y de tu misericordia.

Me sorprende que sigas aquí, ¿Cómo puedes amar tanto a alguien que no te es fiel, que no te tiene en sus pensamientos, que no es obediente ni constante?

¿Cuantas oportunidades tu Señor nos das? ¿Tan tonta soy que he desaprovechado cada una de ellas?

Estoy muerta sin embargo, camino, ciega pese a que mis ojos están “abiertos”.

Pero puedo notar luz en mí, un pequeño destello que no ha dejado de brillar.

Se que no es suficiente, pero puedo decirlo, es esa luz la que no ha dejado que todo en mi se desvanezca.
Dije un día, YO CREO, pero  luego mi interior dejó de creer y se acostumbro a lo que tenia, mis sueños de gloria y majestuosidad a tu lado se esfumaron, no me di cuenta cuando se fueron.

Como una maquina empecé a hacer lo que había acostumbrado a hacer, nadie noto que ya no era la misma.

Empecé a secarme, mi corazón se volvió de piedra, ya no me inmutaba nada a mí alrededor.

Ví lagrimas caer, y las mías se habían evaporado, encontré corazones rotos, pero yo no sentía compasión por ellos, heridas que podían ser sanadas con mis manos, las deje desangrar.

Y las mías, ni que decir de las mías, ya empezaron a  sangran con un color algo diferente. Ya no son rojas, las gotas de sangre, ahora son cafés.

Otras, por su parte se han cicatrizado, o eso parece, una costra gruesa se encuentra en lugar de la herida abierta, pero en realidad no están sanas, puedo sentirlas doliendo todo el tiempo.
Pero sabes, bendito Hijo de Dios, hay algo que no entiendo, creí cuando me dijiste que todo estaba resuelto, que mis heridas estaban sanas, y mi pasado olvidado.

Entonces, ¿Por qué me he dejado engañar del enemigo? Créeme Jesús, ellas parecen reales, de verdad duelen, puedo sentirlas.

Todo lo he postergado, lo he dejado en tus manos y he dejado de trabajar, de moverme, de creer, toda la carga la he centralizado en ti.

Como niña te busco, me da miedo toda esta responsabilidad, siento no poder controlar toda esta sobrecarga de emociones, como niña esperando el consuelo y el abrazo de su Padre, yo te busco. Y si cierro mis ojos y no pienso en más nada? Y si me duermo en tus brazos sin preocuparme en volver a despertar?
Si me aíslo del mundo y me encierro en mi cuarto contigo.

Este es mi llamado de auxilio, no me dejes aquí, no me importaría morir, pero no me idealizo mi vida sin ti.
Si voy a vivir que sea a tu lado, no me interesa otra opción, otras propuestas.

Por favor ayúdame.  Llévate mis sombras y devuélveme la luz, sumérgeme en tu mar de bellezas y no permitas que siga viviendo esta vida ilógica, sin sentido, sin fuego, sin pasión.
Enséñame a descansar en medio de la oscuridad.

Haz de mí aquella mujer que tú crees.

¿Sirve de algo amor mío reconocer lo inútil y débil que soy delante de ti?
No puedo, y aunque quiero, mi cuerpo no responde.


Yo me rindo a ti.


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